7 julio 2014
– Un elevado consumo de yogur –siete raciones a la semana como mínimo–
ayuda a reducir el riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad, según
los resultados del estudio Yogurt consumption, weight change and
risk of overweight/obesity: The SUN cohort study, que se acaban de
publicar en la revista científica Nutrition, Metabolism and
Cardiovascular Diseases.
Los
investigadores realizaron un seguimiento durante 6,6 años a una muestra de
8.516 personas, de las cuales aunque al inicio del estudio ninguna tenía
sobrepeso, 1.860 presentaban un exceso de peso o eran obesas al finalizar el
mismo.
Los
participantes en el estudio fueron clasificados de acuerdo a su consumo semanal
de yogur (tanto desnatado como entero) en cinco grupos: menos de dos, entre dos
y cinco, entre cinco y siete, siete, y más de siete. Las personas que se
encontraban en el grupo de los mayores consumidores de yogur (siete o más
unidades a la semana) tenían un menor riesgo de desarrollar sobrepeso u
obesidad, aun teniendo en cuenta otros factores asociados a la obesidad.
Las personas que se encontraban
en el grupo de los mayores consumidores de yogur (siete o más unidades a la
semana) tenían un menor riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad
Las conclusiones del estudio, dirigido por el profesor Miguel
Ángel Martínez, catedrático en Medicina Preventiva y Salud Pública de la
Universidad de Navarra, que además pertenece al CIBER de obesidad y nutrición,
señalan que la disminución del riesgo de desarrollar obesidad asociado a la
ingesta de yogur era todavía mayor en las personas que también presentaban un
alto consumo de fruta, por
lo que asociar el consumo de yogur a una dieta saludable podría desempeñar un
papel clave en la prevención del sobrepeso y la obesidad.
Una posible explicación al efecto preventivo del yogur sobre el
exceso de peso podría estar relacionada con el contenido en calcio de este producto lácteo, de
acuerdo con algunos estudios, en los que se sugiere que el calcio está
implicado en el metabolismo de las grasas, por
lo que un aumento de la ingesta de calcio podría producir un incremento en la
oxidación de las grasas.
Fuente: Programa NUSA y Universidad de Navarra
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